Cuando escuchamos la palabra “ozono”, probablemente pensamos en la capa que protege a la Tierra de los rayos ultravioleta. Pero este gas tiene otra cara, mucho más cercana y terapéutica: la ozonoterapia, una técnica médica que está ganando terreno en el mundo de la salud integrativa.
¿Y cómo funciona? La ozonoterapia utiliza una mezcla de oxígeno y ozono en dosis controladas para estimular los mecanismos naturales de curación del cuerpo. Se ha aplicado en tratamientos para mejorar la circulación, reforzar el sistema inmunológico, combatir infecciones e incluso aliviar dolores crónicos.



Imagina que el ozono actúa como una especie de «entrenador personal» para tus células: no hace el trabajo por ellas, pero las motiva a funcionar mejor. Al mejorar la oxigenación de los tejidos, se favorece la regeneración celular, se reduce la inflamación y se eliminan toxinas con mayor eficacia.
Aunque aún no es una práctica médica convencional en muchos países, cada vez más estudios respaldan su uso como terapia complementaria. Y eso ha despertado el interés de profesionales de la salud que buscan herramientas menos invasivas y más naturales para sus pacientes.
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