Algunos hábitos de la forma de vida occidental moderna tales como el stress, el sedentarismo, las posturas inconvenientes de la vida diaria, tienen una incidencia negativa en la salud. Estos factores pueden combinarse con factores genéticos para desarrollar distintos trastornos posturales que se expresan como lumbalgia, ciatalgias, hernias de disco, deshidratación y protrusiones.
La incidencia de las alteraciones posturales en la población infantil es cada vez mayor debido a factores medio-ambientales, sociales y a influencias hereditarias y culturales. Estas alteraciones posturales pueden provocar trastornos músculo-esqueléticos, sobre todo a nivel de raquis, alterando las curvas fisiológicas vertebrales. Si bien esta alteración postural suele ser asintomática, puede ser un factor desencadenante de futuras lesiones y problemas de espalda en la edad adulta.
Es en la edad infantil y juvenil cuando se adquieren los vicios posturales que, unidos a una falta de actividad de la musculatura profunda del raquis, favorecerán en el futuro la aparición de problemas de espalda.
La mejor edad para cambiar los hábitos de vida incorrectos que causan gran parte de la patología detectada en Atención Primaria es, sin duda, la infancia. Se conoce que uno de cada tres niños ha consultado alguna vez por dolor de espalda en los servicios de pediatría. Con el mantenimiento de una higiene postural correcta y con la práctica habitual de ejercicio físico podrían prevenirse muchos problemas de salud.
Entre los factores que favorecen la cronicidad de las dolencias derivadas de la falta de higiene postural distinguiremos los psicosociales y los ocupacionales, que, asociados, provocan una disminución de la recuperación pudiendo llegar incluso a la incapacidad laboral.
Desde un punto de vista educacional, los conocimientos relacionados con la higiene postural que se aportan a los estudiantes y trabajadores del ámbito de la enfermería parecen insuficientes por lo que parece necesario un estudio y determinación de los mismos a fin de formar, prevenir y mejorar la situación en la que se encuentra dicho colectivo y reduciéndose así, presumiblemente, los casos de lumbalgia u otras enfermedades relacionados con esta causa. (Braunwald et al 2002)
Una vez identificadas las posturas inadecuadas y analizadas las medidas de higiene postural que se deben adoptar, el último paso será la proposición de una serie de vías para difundir la información y de esta manera educar e informar al colectivo social y sanitario (médicos, profesores, familiares).
La Higiene postural tiene una gran relevancia en la sociedad debido a su repercusión no solo económica, también social ya que su no observación la convierte en una de las primeras causas de absentismo laboral. (Zapletal et al 2007)
Una mala higiene postural es una de las dolencias más comunes en nuestra sociedad, representando uno de los motivos más frecuentes de consulta en atención médica primaria y una de las primeras causa de incapacidad laboral según un estudio realizado por la Universidad de Sídney (Driscoll et al. 2014; Ocaña, 2007).
Es importante mencionar que la mala postura, puede causar limitación de las actividades diarias e incapacidad temporal o permanente para el trabajo, siendo una de las principales causas de ausencia en el trabajo en nuestra sociedad.